viernes, 24 de enero de 2014

Desmontarlo todo para potenciar el espíritu científico



Cosas que se pueden desmontar con niños y ver cómo funcionan:

* bolígrafos, marcadores o rotuladores, ceras, plumas estilográficas..
* una grapadora pequeña
* pinceles viejos
* pegamento en tubo o pintalabios que se estén acabando
* una chaqueta de invierno forrada que esté rota
* deshacer una pieza de ganchillo o punto y ver cuánto hilo/lana se necesitó
* descoser o cortar una pieza de ropa vieja para descubrir el patrón
* cajas de cartón intentando llegar al modelo
* flores, hojas, ramas tiernas...
* diseccionar frutas: manzanas, granadas, peras, plátanos, naranjas... 
* diseccionar otros vegetales: tomates, zanahorias con la tija, cebollas, pimientos, puerros... diseccionarlos en sus diferentes estados de crecimiento.
* semillas y semillas germinadas
* diseccionar un pollo antes de partirlo, un pescado, un molusco, una sepia...
* un huevo
* bolsas de te
* una vela
* un libro muy viejo, una libreta usada, un carpesano que no cierra...
* juguetes viejos: coches, muñecas, pelotas, una bici que ya no se pueda reutilizar, juguetes electrónicos...
* pequeños electrodomésticos y accesorios (móviles, mandos a distancia, auriculares, dvd, tostadoras, secadores de pelo, linternas...) y luego llevarlos a un punto de reciclaje
* ordenadores y accesorios: pantallas, teclados, módems, ratones...
* cintas viejas de cassette o videocassette
* la manecilla de una puerta y su engranaje 
* un reloj de cuerda
* máquina de escribir


No es destrucción, es espíritu científico, animar a los niños a desmontar cosas para ver qué hay dentro.

Después de desmontar y diseccionar podemos ayudarles a hacerse preguntas, animarles a elaborar teorías, a hacer comparaciones (¿tienen todas las rosas el mismo número de pétalos?)

Evidentemente se debe mirar por la responsabilidad: los objetos que se hayan roto, objetos que estén demasiado viejos para seguirlos utilizando, comida que se vaya a cocinar.

Un proceso que puede venir después es intentar volver a montar aquello que se desmontó. No se podrá hacer, evidentemente con todos, pero se puede intentar encontrar la forma de hacerlo, aunque sea fallida.

Volver a montar una radio, montar el esqueleto de un pollo después de haber sido comido, montar un bolígrafo, buscar la forma de volver a montar la vela...

Otra forma de descubrir cómo funcionan las cosas es dejarles que observen mientras un técnico (o nosotros) arregla algún aparato de la casa.

También podemos establecernos el reto de desmontar y volver a montar algo sencillo que realmente funciona: una linterna, un pequeño juguete electrónico, una puerta de armario con bisagras,...)

Peggy Kaye en su libro Games for learning indica que debemos tener tres temas en cuenta:

1. Tener cuidado.
Hay que tener cuidado con qué desmonta y de qué forma. Incluso objetos relativamente complicados o peligrosos de desmontar pueden ser despiezados si se les ayuda y ofrece el entorno y herramientas adecuadas.
Es posible que tengamos que usar un martillo, destornilladores... enseñemos a usar correctamente estas herramientas. A veces simplemente hay que quebrar la carcasa a golpes.
Es importante que un niño o niña entienda que debe pedir siempre permiso antes de desmontar algo.
Nunca abramos algo de lo que tengamos dudas, hagamos caso nuestro sentido común.
Quitemos siempre las pilas primero y nunca intentemos abrirlas.
No hagamos nada con aerosoles o con objetos punzantes o de vidrio.

2. Estemos preparados para el desorden.
Tengámoslo en cuenta y vistamos con ropas viejas.
Preparemos la superficie de trabajo, mejor hacerlo en una mesa que sea fácil de limpiar.
Es bueno prever que ciertas herramientas necesitan ser utilizadas en una superficie que pueda ser golpeada.

3. Haz muchas preguntas en voz alta mientras trabajas
(yo no estoy del todo de acuerdo con este punto)
Son preguntas que pueden quedar abiertas. Las preguntas son más importantes que las respuestas.

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